Este trabajo analiza la incidencia del Acuerdo de Cooperación Militar suscrito en 2009 entre Bogotá y Washington en los giros que habrían de darse en el enfoque de la política exterior colombiana, en el lapso comprendido entre los dos períodos de gobierno de Álvaro Uribe Vélez y la llegada al poder de su sucesor, Juan Manuel Santos. Explica que el Acuerdo, que contemplaba el uso de siete bases estratégicas colombianas por parte de militares estadounidenses para operaciones contra la guerrilla y el narcotráfico, constituyó prueba palmaria de que la llamada ?política de seguridad democrática? determinó también el enfoque internacional de Uribe. Remarca que el principal punto de giro se dio cuando, basado en un fallo de la Corte Constitucional, Santos decidió dejar en salmuera el Acuerdo e iniciar una efectiva tarea de distensión con los países vecinos ?Venezuela y Ecuador principalmente- que le permitiría luego proyectar su política exterior hacia nuevos horizontes temáticos y geográficos.