Se trata de un libro de doce cuentos breves en homenaje al escritor mexicano Juan Rulfo y una bitácora que da cuenta del
proceso creativo donde se expone y se analiza aquellos tópicos más significativos. A partir de un proceso de reescritura, que se podría definir también como una suerte de traducción y homenaje, la autora construye un universo literario cargado de referencias rulfianas de las que surge una voz narrativa original. Dicho proceso no solo consiste en la emulación de Juan Rulfo, de su particular visión del mundo, de sus temas (muerte, hambre, pobreza, incesto, violencia, dinámicas de poder, etc.), de sus atmósferas e inflexiones estilísticas; sino también en la relación que existe entre fiesta y violencia, una que se manifiesta a través de la fiesta del Día de Muertos que, además de funcionar como ambientación de algunas de las narraciones, propone una manera de leer y, por lo tanto, de escribir a Rulfo a través del lenguaje del dolor.