En este artículo se intentará desarrollar la significación del mundo de Jesús y de aquellos que lo siguieron, y averiguar las implicaciones que tuvo para una mujer palestina el hecho de escuchar a Jesús y unirse a su movimiento misionero. Planteo la necesidad de reconocer este mundo de Jesús como el mundo judío de Palestina y de considerar a las que lo siguieron como mujeres judías aun cuando el cristianismo y el judaísmo sólo llegaron a ser dos religiones distintas posteriormente. Todo ello con el objeto de mirar los desafíos pastorales que genera el recuerdo de esa primera comunidad cristiana, para la Iglesia de hoy, en el marco de la preparación a la V Conferencia Episcopal Latinoamericana.