El dolor y la muerte son incontrolables e inherentes al ser humano. Pese a que sabemos que existen y que llegarán, cuando nos tocan de cerca, en el caso por ejemplo de una enfermedad terminal, es difícil que quienes rodean al afectado no se cuestionen la vida misma. Luego, una vez pasado el momento trágico, vienen diferentes etapas de superación. Un proceso de duelo distinto para cada persona.