Es común referir la- educación al desarrollo humano subrayando el malgastado concepto de calidad. Generalmente se asume cada termino como un supuesto de base sin tematizar y, la relación entre ellos, como un hecho dado a partir del cual de alcance internacional. Sin embargo, estos términos tan amplios y ambiguos dan lugar a sinnúmero de interpretaciones; se habla desde ellos y se construye en su nombre sin que se expliciten sus referentes. Parecería que esa extraña vaguedad que los acompaña facilita su utilización para decir casi cualquier cosa y hace de ellos términos desgastados. Interesa aquí abordar el desarrollo y la calidad como campos problemáticos para poner en evidencia nuestra concepción sobre ellos y desde ahí reconocer el sentido de la educación.