Durante una larga tradición milenaria se llevaron a cabo pinturas y esculturas de índole mágica y religiosa, cuyas formas y trazados geométricos guardaban una singular relación con la anatomía femenina. Antes de que el hombre fuese propiamente un constructor consciente, esa analogía se hallaba, en exclusiva, en las pinturas parietales y en estatuillas y relieves paleolíticos. Nos proponemos como objetivo demostrar que, a partir del Neolítico, el principio y fundamento de lo femenino también alcanzará el diseño de algunas de las sepulturas y los recintos funerarios más representativos. Para ello, se expondrán algunas de las razones que llevaron a los artífices neolíticos a mantener viva dicha tradición paleolítica. La metodología que hemos utilizado consiste en establecer como causa formal la percepción que se tenía de la vida, la muerte, lo femenino y lo sagrado. Con ese fin, seguiremos a los autores clásicos de antropología, historia de las religiones, arqueología, filosofía de la cultura e historiadores del arte y la arquitectura que han hecho referencia simultánea a las cuestiones de la vida, la muerte, lo femenino y el arte arcaicos y antiguos. Finalmente, y como resultado, constataremos la singular analogía y relación formal existente entre lo femenino, lo vital, la experiencia religiosa de la muerte y lo artístico y arquitectónico. Para ello, y con el fin de probar la existencia de un principio activo extrínseco que explique la dimensión femenina de la forma arquitectónica funeraria, se expondrán, a modo de resultado, algunos ejemplos paradigmáticos de construcciones arcaicas y antiguas que pondrán de relieve la analogía formal con el cuerpo de la mujer.