El contrato de seguros ha sido uno de los mecanismos más importantes para la transferencia de riesgos, lo que lleva a una real protección de intereses que pueden verse afectados en un momento determinado. Sin embargo, en nuestro país este tipo de contratos no ha alcanzado su mejor desarrollo comercial, apenas si se ha visto un porcentaje muy reducido de su uso, por esta razón quizá las compañías aseguradoras se han visto obligadas a inventarse nuevos ganchos comerciales que atrapen la voluntad de las personas para la compra de estos.