El constitucionalismo moderno dio sus primeros pasos en el siglo XVI afirmando no sólo que toda autoridad política pertenece al pueblo, sino que todos los gobernantes están sujetos a la aprobación y censura de sus súbditos. La doctrina fue asentándose entre los teóricos políticos católicos como entre los protestantes, y en ambas tradiciones el derecho de resistencia se convirtió en piedra angular para juzgar el ejercicio del poder dentro de los límites institucionales que le eran asignados. En estos términos el derecho de resistencia y la democracia evolucionaron, entendiendo por un lado que las democracias actuales no son estáticas, fijas o inmóviles, la democracia es un proceso de autocrítica, pluralista y siempre abierto al cambio, a reformas políticas o constitucionales. La democracia se presenta como un sistema de gobierno en el que la soberanía y el poder pertenecen a la sociedad civil, por lo tanto el contexto democrático facilita los mecanismos departicipación, de manera tal que en el momento en el que los principios y las libertades fundamentales están frente a una violación persistente y deliberada, la respuesta del pueblo debe ser la insumisión o la resistencia y esta es legítima. La desobediencia civil se presenta una versión del derecho de resistencia en una sociedad democrática apelando a esos derechos implícitos en la constitución y la reivindicación de los derechos de las minorías, la desobediencia es un acto político que integra a la sociedad. El acto disidente está motivado y justificado por principios políticos como la justicia, principio rector de la constitución y de las instituciones de la sociedad, para justificarla se hace un llamado a los principios morales, legales y a elementos jurídicos.