Me propongo en este ensayo iniciar una respuesta en clave todavía general a la pregunta: ¿cómo entender los horizontes que definen la comunicación visual contemporánea? Tres son la matrices que están interrelacionadas y que son complementarias: la primera, tiene que ver con las investigaciones exitosas de la neurociencia cognitiva y sus relaciones con el cerebro y la mente, enlazando siempre la actividad perceptiva, porque intentar comprender la emoción y el sentimiento como un hecho concreto, neuronal no afecta la belleza o fealdad del mundo, ni empobrece la condición misma de la poesía, la música, la pintura o de cualquiera de las artes. La segunda matriz, se abre desde la representación, la percepción y el iconismo, éstas características sometidas a determinaciones históricas, a los medios de comunicación, a la jerarquía de los sentidos y a las presuposiciones epistémicas; y la tercera, es una reflexión dialógica de la producción mediática de la imagen y la educación en una sociedad-mundo saturada por la hipervisualidad: fotografía, cine, vídeo, televisión, ordenador y nuevas tecnologías.