La investigación desarrolla un estado del arte del concepto de víctima, la cual posibilita un contrapunteo entre ideas, concepciones y visiones de diferentes miradas que han construido su acervo político, de esta manera el lenguaje es transversal a toda la discusión, la apuesta que se esgrime parte de la experiencia del escucha como testimonio de sentido y de resonancia en la relación víctima-escucha, caracterizada por comunicar lo incomunicable, abstenerse de la violencia y posibilitar la construcción de referentes humanos, pues la escucha es un principio de solidaridad humana intermediada por diferentes actores. En este escenario se analiza el modelo Wesfaliano, el cual implicó la entrada legitima de la violencia a la vida social y cuya proclividad al sufrimiento humano dinamiza la destrucción de referentes de sentido, de esta manera al modelo de Estado productor de víctimas se denomina Estado victimal y al tipo de Estado que humanitariamente se acerca a ellas, se denomina Estado Misional| la construcción de las voces de las víctimas es capital, puesto que su testimonio se erige como un contra-discurso frente al poder soberano. La Soberanía moderna se presenta como concepto clave de la modernidad, pues supone un momento fundante de su crisis en tres procesos fundamentales como lo son : la secularización, la centralización y la nacionalización del edificio del poder. La soberanía de las víctimas por el contrario en el moderno Estado Post-westfaliano, considera que el Estado es uno de tantos espacios de acción política que legitima la caridad como recurso político de carácter humanitario.