Presentamos una concepción anafórica del contenido de las emociones como clave para comprender adecuadamente el carácter normativo de las mismas. Asumiendo el valor adaptativo de las emociones, éstas se caracterizan como un tipo de dispositivo de respuesta al entorno que incluye un momento perceptivo evaluador y un momento expresivo orientado a la acción. La normatividad de las emociones consiste en que están sujetas a criterios de corrección que quedan satisfechos por la preservación a lo largo del proceso expresivo de la valencia emocional de la situación percibida. La valencia preservada puede entenderse como un tipo de contenido no-conceptual individuado con arreglo a una estructura de recurrencia anafórica. El modelo anafórico permite situar el foco del análisis de las emociones en los episodios de interacción social entre agentes emocionales y muestra su rendimiento a propósito de casos heterogéneos como el de asignación de referencia social.