Es apenas lógico en una orden religiosa, como la Compañía de Jesús, que la teología sea parte integrante de su quehacer apostólico. Así ha sucedido en la provincia de Colombia, desde el momento mismo en que los primeros jesuitas arribaron al entonces Nuevo Reino de Granada. La historia de la teologíaen nuestra patria está íntimamente unida al Colegio de la Compañía de Santafé y a la Academia Javeriana, entidades que llevaron a cabo un proceso de creciente eficacia teológica, cualitativa y cuantitativa, en beneficio de los propios jesuitas en formación, de los estudiantes del Colegio-Seminario de San Bartolomé y, en general, de la sociedad, especialmente en sus estamentos más pobres, los indígenas y los esclavos. Unida indisolublemente a la actividad apostólica de la provincia, la teología fue el elemento espiritual que orientó y dinamizó la empresa jesuítica, a mayor gloria de Dios, hasta el funesto golpe de la expulsión, en 1767.