La Asamblea Constituyente de 1991 implementó mecanismos novedosos de participación formal e informal, con el objetivo de impulsar una apertura del sistema político colombiano que no estuviese centrada en los partidos políticos. Uno de estos mecanismos fue el de las candidaturas independientes reglamentadas por la Ley 130 de 1994 que permitió que los ciudadanos se pudieran lanzar a cargos políticos mediante los Grupos Significativos de Ciudadanos (G.S.C) o coaliciones, sin necesitar el aval de un partido político. Veintiséis años después de promulgada dicha ley se observa cómo las elites políticas regionales han hecho uso de los G.S.C. para la obtención de distintos intereses. Este mecanismo ha tenido un uso territorialmente diferenciado. Hay departamentos del país donde pareciera ser más utilizado y se obtienen más fácilmente réditos electorales mientras que en otros departamentos pesan más las estructuras partidistas y el sentimiento de identidad hacia los partidos políticos.