La parábola de Mateo presenta un juicio a las naciones contrario al imaginario general, donde las personas son enjuiciadas, no por sus obras religiosas sino, en relación a la evidencia de la praxis en la acción social en favor de los que más lo necesitan. Revelando a un Jesús, Juez y Rey que llamara a todas las personas a rendir cuentas, basándose de la justicia social como punto central, en relación con las obras de amor y de misericordia en favor de los marginados, los pobres y los que sufren en el mundo que son el reflejo de Jesús. Dando como sentencia, el acoger a aquellos que lo han hecho así, y rechazando a los que por falta de amor no lo hicieron.
La parábola del evangelio de Mateo 25, 31-46 en una lectura de liberación busca mover a las iglesias para que vuelvan sobre sobre sus pasos y redescubran el propósito mismo del mensaje del evangelio en su Misión y su Visión, en pro de acciones de desarrollo eclesiales, con especial énfasis en los valores de diaconía, relacionadas en la sanación, la restitución y la construcción de realidades más justas para con aquellos que están en necesidad o una situación de exclusión e injusticia. Que dichas bases sean el punto clave de partida, para surgir como un nuevo modelo de iglesia que adquiera mayor responsabilidad en la vida social y política de nuestro contexto colombiano.