Pasa el tiempo y yo sigo sacando y sacando ropa del armario, ropa vieja, ropa que fue mía, ropa que usé solo una vez, ropa de mi mamá que ya por sus años terminó siendo mía, ropa que le robé a mi hermana Erika, ropa que ella misma me ragaló, mucha ropa de mi novio y hasta de su mamá; pero ¿y mi ropa? Se podría decir que tengo el cuerpo de otros, pero no encuentro el mío. Este trabajo explora la relación entre la ropa el cuerpo y la memoria; una reflexiónsacada de un cajón sobre nuestro armario.