La justicia es categoría y realidad central en la vida e historia de los pueblos; a menudo, para la fe cristiana y para Occidente se identifican, pero en realidad se trata de dos cosas distintas. Precisar sus características constituye una invitación a recuperar la identidad evangélica de la concepción cristiana de la Justicia y a renovar nuestra experiencia de fe y de humanidad.