En la época del posexilio, cuando aún no se había reconstruido el templo, el ayuno era una de las prácticas rituales a la cual acudía Israel para hacer oir su voz ante Yahvé. Pero la situación del pueblo en esos años era aún lamentable debido a que la restauración de Jerusalén seguía aplazada y los pobres y afligidos abundaban. El texto que aquí estudiamos, datado precisamente en esos años, amonesta al pueblo porque al mismo tiempo que insiste en esas prácticas rituales, descuida la práctica de la justicia y el derecho.Estos versículos también exhortan a trasformar su relación con Dios cambiando el ayuno ritual por un ayuno existencial: entregarse al necesitado, tomar en cuenta a los miembros afligidos del pueblo; en otras palabras, a practicar la misericordia con el prójimo más débil. Esta trasformación garantizará una adecuada relación con Yahvé, una gozosa unión con Dios. De esta forma la situación nueva se vivirá como un auténtico estado de salvación, en la línea en que insistieron los profetas clásicos.