El propósito del presente trabajo es examinar de manera juiciosa el lugar de la poesía en la consideración heideggeriana sobre la esencia del arte. Partiendo de la famosa conferencia de 1935-1936 titulada El origen de la obra de arte, intentaremos articular la pregunta general por la esencia del arte con la meditación en torno a la experiencia originaria del ser (Seyn). Esta experiencia es precisamente el lugar de lo poético que acontece en la obra de arte. Para examinar el alcance de esta formulación, tomaremos distancia de cualquier intento de ver en la preocupación de Heidegger por el arte una reactivación de la “estética”, y a su vez indicaremos la necesidad de enmarcar su consideración de lo poético en lo que hemos denominado la constitución onto-mitológica de la poesía, apartándonos así de la histórica constitución onto-teológica de la metafísica. Al señalar que la poesía es asumida en Heidegger como una experiencia del ser, indicaremos el lugar desde el cual debe comprenderse la peculiar posición heideggeriana frente al arte.