En tiempos de globalización, la idea de inexorabilidad de los sucesos parece consensuada entre defensores y detractores del fenómeno. La exclusión, como herramienta política de los últimos años del siglo XX y primeros del siglo XXI, pone en juego grietas y rupturas frente a un bloque hegemónico que se presenta como infranqueable. El rol de los medios de comunicación es fundamental para la consolidación de la integración de la economía y las finanzas. Sin embargo, las identidades divergentes son expulsadas y los colectivos tradicionales entran en crisis. Es el objetivo de este trabajo analizar de qué modo pueden construirse nuevas formas de colectividad frente a las agendas globales que entran en colisión con las variables identitarias regionales, grupales y divergentes.