La población carcelaria ha sido un sector históricamente invisibilizado y marginado por entes Estatales y conjuntos sociales, lo que ha causado que se convierta en un grupo vulnerable, este hecho se agrava cuando se trata de detenidos políticos porque su ejercicio ideológico provoca mayor represión y persecución no solo para el interno sino también para su familia. Por esto, la presente investigación se interesa por la organización familiar de los presos políticos a partir de la imposición de la pena, desde la perspectiva psicosocial-sistémica para abordar el fenómeno a partir de la significación de las experiencias y de su impacto en la vida de quien las padecen, destacando factores políticos, económicos y sociales y resaltando particularmente la violencia relacionándola con las dinámicas familiares. Se realiza una revisión bibliográfica y se implementan entrevistas basadas en los relatos de vida de familiares de los detenidos, destacando 3 categorías de análisis interdependientes (violencia, resistencia y sistema familiar), de esta forma, se encuentra que la organización de los macrosistemas en la cultura colombiana y la difusión de discursos ideológicos legitima la vulneración de los DDHH y aumenta el estigma en la población que se opone a las formas hegemónicas del ejercicio de poder, extendiendo esta violencia a las familias quienes asumen una nueva función (resistencia) para hacer frente a su condición.
El encarcelamiento político, al causar un desequilibrio en la familia genera cambios en los roles, funciones y pautas que constituyen sus interacciones, con el fin de responder a las nuevas cargas y responsabilidades, sociales, económicas y políticas impuestas por el encarcelamiento de uno de sus miembros.