En la ocasión que nos reúne en torno al cumpleaños de Aimé Césaire y a la celebración conjunta del 150º aniversario de la llegada a tierra martiniqueña de las primeras embarcaciones indias, me agradaría dirigirles algunas palabras, las que me gustaría sembraran y fecundaran en ustedes los gérmenes de una nueva esperanza, en contravía al paso en el que parece ir nuestro planeta.