El contenido del kerigma primitivo fue transmitido esquemáticamente en cinco discursos de Pedro -Hech. 2,14-39; 3,13-26; 4,10-12; 5,30-32; 10,36-43- Y uno de Pablo -Hech 13,17-41-. El núcleo de ese kerigma es un testimonio cuyo objeto, a su vez, es la muerte, resurrección y exaltación de Jesús. Luego, detalles sobre su misión, anunciada por Juan el Bautista, preparada por su enseñanza y sus milagros, concluída con las apariciones del resucitado y la efusión del Espíritu Santo.