En la función de retratar la historia, el primer recurso ha sido la crónica, siendo éste uno de los géneros que más ha aportado al desarrollo de la narrativa en América Latina. No es de extrañar, entonces, que el nuevo periodismo haya adoptado las estrategias narrativas propias de la crónica. Ese tipo de periodismo se vale de unas técnicas similares a las de la literatura como el manejo del tiempo y la tensión para crear atmósferas y dar cuenta de los hechos que los ocupan, así como contar el relato escena por escena. De esta manera el periodismo narrativo tiene un compromiso con la información, pero, además, con el componente estético.