Este artículo parte de la propuesta que hace Ludmer en el marco de la pregunta por la literatura: el pensamiento especulativo, por medio de la “imaginación pública”, lleva a la literatura a su posautonomía. Sin embargo, este texto va más allá al proponer una forma radical de literatura posautónoma, que excede a la lengua y se remonta a una dimensión subterránea: la facultad del lenguaje. Con este paso, se logra quebrantar las limitaciones de la lengua en su identificación con un territorio nacional.