Desde los símbolos propios del laberinto, el artículo aborda la problemática de launidad eclesial, hacia el interior de la confesión católica de lafe cristiana y haciael exterior de la relacion de aquella con la reformada y la ortodoxa. Se trata de unaevocación global de las confusiones y las dificultades que tanto en el pasado comoen el presente ha seguido el itinerario ecuménico de la Iglesia de Cristo Seíiorhacia su unidad. El laberinto sirve al autor para contrastar la actitud desesperanzada y la esperanzada con que pueden o no afrontarse los obstáculos señalados si quienes los viven permiten al Espíritu -o más bien bloquean su acción- que lo guíen por entre los recovecos y sinuosidades que la búsqueda de la unidad comportó y sigue comportando a los discípulos de Jesús, el Cristo.