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El proceso de agricultura urbana surge de un análisis de necesidades comunitarias y como aporte a la seguridad alimentaria y, con base en el objetivo de desarrollo sostenible “Hambre Cero” Poner fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria, una mejor nutrición y promover la agricultura sostenible (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2015).
Ahora bien, debido al creciente problema de seguridad alimentaria resultante de la emergencia sanitaria y las problemáticas actuales que enfrenta el mundo, resulta pertinente implementar estrategias que aporten a la reducción de los altos niveles de malnutrición familiar, con el aumento del consumo de vegetales y verduras, de modo que se generen estilos de vida saludables
De acuerdo con lo anterior, el proyecto de agroecología urbana para las comunidades “Proyecto de Vivienda Hogares Soacha” contribuirá a la necesidad de autoabastecimiento alimenticio de las familias; al mismo tiempo, rescatar y fortalecer el tejido social, con la potencialización de las relaciones sociales, el fortalecimiento de los lazos comunitarios, así como el sentido de pertenencia a un lugar, donde cada participante experimente la satisfacción de sentirse parte integrante del grupo y del entorno.
Desde el segundo semestre del 2022, fecha en la que inició el proceso de agroecología urbana en Hogares Soacha, los participantes han mostrado interés, pero la institucionalidad se está adaptando a las necesidades de la comunidad. Esto se ha llevado a los lugares donde se construyeron cada una de las huertas con los profesionales de la alcaldía, Secretaría de Ambiente, Minas y Desarrollo Rural, (expertos en agricultura urbana: Carolina Forero, ecóloga, y Jorge Lozada, agrónomo) y el equipo social.
Por lo tanto, se ha podido evidenciar que algunos han activado sus liderazgos a través de la solidaridad con las demás familias, al compartir e intercambiar conocimientos, saberes y estrategias ancestrales; las huertas son un medio idóneo para unir a las familias y la comunidad en torno a la vida que se alimenta con nuestras propias manos, con dedicación y cariño, afianzando así los lazos entre la comunidad, el gobierno comunitario y la institucionalidad.
De esa manera, este diagnóstico permitió recopilar información y establecer valores de referencia para la construcción de una línea base, en pro de fortalecer la unión familiar, comunitaria y el reconocimiento de habilidades y talentos gastronómicos y creativos, donde las familias narran recuerdos y curiosidades de los alimentos, además de cómo han aportado sus valores a la unión familiar.
Esta información es el fundamento que permitirá visualizar los cambios en los hábitos alimenticios, culturales y familiares, en donde se resalta que la mayoría de los participantes no tienen en su alimentación prioridad en el consumo de verduras, frutas y/o hortalizas, por lo que son personas y familias apropiadas para iniciar el proceso Huertas Urbanas.