Teoría y práctica para la reivindicación corporal es una investigación que como indica su nombre, sobrepasa los límites de la investigación teórica para convertirse en una investigación experiencial. Está basada en la convicción de que la libertad y la experimentación corporal en pro del deseo demuestra, en la mayoría de los casos, que el cuerpo y el alma no pueden ni deberían entenderse como componentes humanos desconectados e incapaces de tocarse, a lo que la autora denomina “dicotomías aisladas": sino como elementos que se complementan entre sí y coexisten aún con sus diferencias. A partir de diversas experiencias corporales de la autora y sus cuestionamientos sobre la fe cristiana y la humanidad, se evidencia una reflexión tanto política como introspectiva respecto a temas como el sexo y la abstinencia, el querer y el deber, el amor y el desamor, la obediencia y la resistencia, etc. Toda la investigación conduce a la escritora a encontrarse e intercambiar ideas con otros seres humanos, que al igual que ella ponen en cuestión la separación entre cuerpo y alma aprehendida a través de las instituciones, al relatarle consciente y voluntariamente experiencias corporales que van desde la meditación hasta momentos intensos de absoluta intimidad.
El proyecto concluye con el componente práctico titulado El Salón de Sherezade una escultura habitable/instalación interactiva en la que la autora se dedica a releer aquellas narraciones obtenidas durante la investigación teórica, para compartirla con aquellos espectadores que desean compartir un momento entrañable de diálogo con ella en el espacio creado.