La recepción teológica del paradigma de la acción comunicativa radica en que la teología pueda servir de ciertos fundamentos de la teoría social de la acción comunicativa, que –al estar mediada lingüísticamente– contribuye con la elaboración del quehacer teológico en relación con los acontecimientos históricos y tecnológicos. Se busca que la teología, mediante un proceso hermenéutico y lingüístico, pueda interpretar y comprender el paso de la filosofía de la conciencia a la teoría pragmática del lenguaje y que esta situación permita al teólogo reflexionar sobre la reciprocidad de cómo la teología recepciona la teoría comunicativa y a su vez cómo puede la teología influir en la teoría social de la acción comunicativa. Se trata en últimas de generar un lenguaje pragmático que posibilite nuevas formas de interacción e intersubjetividad.