Las mesas familiares esconden un lenguaje que habrá de interpretarse, para poder imaginar nuevas formas de convivencia comunitaria en la Iglesia. En este trabajo se describen diversos modelos de mesas familiares que se confrontan con el modo como Jesús actuó en las comidas y en las mesas, en la condición de comensal o de anfitrión. Finalmente, al reconocer a la familia como iglesia doméstica, a la luz de las mesas familiares y de la experiencia de Jesús, podrán trazarse algunas notas para gestar y vivir nuevas (y no tan nuevas) formas de convivencia intraeclesial.