Ulla mirada al sacramento de la Confirmación nos lleva a reconocerle y actualizarlecomo presencia y acción real del Espíritu que nos conduce y anima en elcompromiso de nuestro ser cristiano. Partimos del acontecimiento Jesucristo,profecía de esperanza desde la realidad de aquel Jesús de Nazareth que seconstituye como paradigma de la misión eclesial en virtud del Espíritu Santo. Esla comunidad eclesial expresión real en el hoy de la historia donde esta profecíase actualiza en la responsabilidad propia de la evangelización: esperanza delcompromiso afavor de la justicia en donde el discernimiento se hace condición deposibilidad para que el Espíritu se haga presente en la vida cotidiana. Tal es lavitalidad sacramental de la confirmación de cara al nuevo milenio.