Muchos filósofos, políticos y teólogos mantienen el “derecho y el de- ber de la legítima autoridad pública para aplicar la pena de muerte” a los autores de ciertos delitos graves, aunque los filósofos y teólogos tradicionales no han mostrado la debida compasión con las víctimas, es necesario superar estas posturas con argumentos de la filosofía y la teología que iluminan una victimología de máximos en pos de avan- zar hacia la abolición de la pena capital.