A partir de la declaración del Archipiélago como puerto libre en 1953, la isla adquirió un alto potencial turístico y comercial que con el paso de los años se ha convertido en el mayor detonante del deterioro que hoy afronta con mayor fuerza la isla de San Andrés. Es así, que este proyecto se enmarca en la propuesta de un centro de interpretación de vida marina para lograr un cambio en el carácter del turismo actual y generar con esto un desarrollo ecológico autosustentable que plantee la recuperación y el estudio de la isla como un bien turístico mundial, y que logre la internacionalización del territorio y de los productos que este pueda ofrecer.