Las comunidades juánicas representan un modo hermenéutico diverso en el complejo mundo de los escritos neotestamentarios. Que el principio de la subsidiariedad funciona en el Evangelio de Juan es evidente, como he demostrado en trabajos anteriores. “Vistas las relaciones entre el Padre y el Hijo, el Hijo y el discípulo amado, el Hijo y los discípulos, no cabe duda de que, tras los escritos juánicos, hay una comunidad que interpreta subsidiariamentesus relaciones. Éstas son esencialmente de amor.”1 El artículo desarrolla,a partir de una reflexión eclesiológica actual, las ideas subsidiarias del capítulo quinto del Evangelio de Juan.