El uso social del término «cultura» hoy se ha ampliado. Ya no designa exclusivamente la actividad intelectual o artística de los individuos o grupos en su versión clásica, sino que acoge otros tipos de labor, así como otros productos y objetos no catalogados antes como «culturales». Esto para nada significa que el término «cultura» haya perdido sentido, sino que, más bien, recupera una perspectiva más justa y democrática.