Preocupados por la salud, quizá uno de los problemas más importantes para la vida y para la filosofía, queremos examinar en esta puesta en escena el modo de metamorfosis y de liberación que experimenta el genio y el santo, como también el alcance de las mismas. Esta liberación solo puede entenderse si comprendemos que se trata de una toma de distancia, precisamente, del teatro del mundo y su rasgo distintivo: el tormentoso sufrimiento. De modo que analizaremos en un primer momento cómo está constituido el escenario, es decir, cuáles son las dos caras del teatro, para responder a la pregunta fundamental qué es el mundo, pues este asunto atraviesa el conjunto de la obra de Schopenhauer y su posible respuesta nos arroja a considerar su anverso y reverso, la representación y la voluntad, como también a analizar las caras impresas en ellas respectivamente, a saber, el genio y el santo.