La contemporaneidad plantea un reto para la arquitectura y el papel del arquitecto, pues la diversidad de la sociedad actual, los avances tecnológicos y los cambios en las condiciones de vida de las nuevas generaciones, permiten repensar el carácter de las intervenciones en espacios urbanos que se pueden considerar consolidados.
A partir de esto, el trabajo define como respuesta coherente a un contexto de incertidumbre y constante cambio, un papel en el cual el arquitecto se aproxime a la realidad de manera exploratoria para generar reflexiones en un contexto. Para la elección de este último se realizó un análisis de zonas con mayor grado de incertidumbre, teniendo como idea principal una ciudad compacta e interconectada, por lo que se tomó el centro como espacio de estudio y partir de este se identificaron una serie de desarrollos arquitectónicos que surgen por especulaciones inmobiliarias los cuales provocan una sobre posición de tejidos urbanos que no se conectan entre sí y crean espacios vagos, sin apropiación ni uso. Esto se identifica en la relación del tejido de la Perseverancia, La Macarena y San Martin, tres tejidos totalmente diferentes que se desarrollaron en etapas históricas diferentes y que tienen características de uso de espacio público muy diferenciadas por la falta de conectividad y activación de estos.
En este sentido, la propuesta pretende primero que desde lo urbano se logre un sistema de rehabilitación de el espacio publico, por medio de 3 estrategias de intervención, suturar, insertar y preservar, y por otro lado que el sistema constructivo sea algo efímero, temporal de muy fácil montaje y desmontaje, porque lo que los equipamientos consisten en una materialidad dual entre andamios de tuberia de acero estructural y el uso de guadua, los cuales son el equipamiento nodo, el equipamiento prótesis y el equipamiento bisagra.