La sociedad de la información y la comunicación incorporó a su quehacer diario el uso de las tic y modificó las concepciones tradicionales que se tenían de cada uno de los medios y sus procesos de comunicación. Así, se generaron nuevas condiciones de movilidad al partir de un presupuesto, basado en un prejuicio (imaginario), que se sustenta en la idea de que los jóvenes son más competentes que los adultos en el uso de la tecnología informática; sin embargo, se pudo establecer que los jóvenes no son conscientes del alcance de las tic y por eso las tienen como un elemento lúdico y de entretenimiento y no las emplean como una herramienta para comunicar, investigar y analizar los fenómenos de nuestra sociedad.