Este escrito plantea una reflexión en torno a la importancia de permitir el ingreso de los territorios culturales y estéticas musicales juveniles al aula de apreciación musical como estrategia pedagógica de construcción de significación, sentido e identidad. Se describe el impacto de la música entendida como espacio vivencial sobre el desarrollo de la identidad juvenil. Posteriormente, se recoge la propuesta de Lucy Green de integrar elementos del aprendizaje informal al aula de música. Igualmente, se plantea la idea de desarrollar en los estudiantes una musicalidad crítica que comprenda las especificidades, reglas y capitales en juego de los diversos campos de producción musical. También, se aborda la noción de encuentro de Keith Swanwick como práctica pedagógica fundamentada en la autonomía y la inclusión de las opciones individuales. Finalmente, se exponen algunas experiencias de proyectos concretos realizados en la clase de apreciación musical del Programa Juvenil de Música de la Pontificia Universidad Javeriana.