Description
A partir de 1996, se reprodujo uno de los conflictos más importantes que ha enfrentado la Republica Democrática del Congo. A causa del genocidio ruandés, hubo una llegada masiva de refugiados que desestabilizó la situación social y política de la región oriental de la RDC. Esta fase del conflicto tuvo un carácter interno pues enfrentó al Gobierno de Mobutu en contra de la Alianza de las Fuerzas Democráticas para la liberación del Congo (AFDLC), una alianza Liderada por Laurent Kabila que reunía a los grupos opositores.
El establecimiento de ruandeses armados en la región condujo a que Uganda y Ruanda apoyaran a la AFDLC para evitar que estos adquirieran poderío en la región. En medio de una campaña militar triunfante, L. Kabila logró tomarse el poder. En 1998 se inició una nueva fase internacionalizada del conflicto en la que se fragmentó la AFDLC y nuevamente la frontera oriental del Congo volvió a ser el epicentro del conflicto. Ruanda y Uganda dejaron de apoyar el régimen de L. Kabila e ingresaron tropas en la región oriental.
En esta fase internacionalizada del conflicto, Ruanda y Uganda tuvieron un rol fundamental debido a la cercanía geográfica, histórica y cultural que comparten con la RDC, pero también debido a la lucha por intereses políticos, económicos y militares, en la cual se implementó la violencia como medio privilegiado, afectando gravemente las relaciones entre estos países y fomentando la violación masiva de DDHH en la región.
Tras el asesinato de L. Kabila, su hijo Joseph Kabila tomó el poder en 2001 y se propuso entablar un acercamiento en las relaciones con socios estratégicos con el fin de crear las condiciones para la construcción de paz y paralelamente, generar presión internacional sobre Ruanda y Uganda para que estos retiraran sus tropas del territorio. Durante este tiempo, la política exterior se caracterizó por su flexibilidad como herramienta en pro de la erradicación del conflicto fronterizo, pues este comprometía la supervivencia del régimen y las estructuras estatales de la RDC.
En los años posteriores, la PE de la RDC caracterizada por la flexibilidad e impotencia, junto el direccionamiento de la Comunidad Internacional (CI) en la instauración del GNT, permitió que se siguieran pactando acuerdos de paz entre el Gobierno y los grupos armados. No obstante, el pacto de estos no implicó la erradicación de los grupos, sino que condujo a la fragmentación de los mismos y de igual modo, Ruanda y Uganda siguieron influyendo en la reproducción del conflicto por medio del apoyo financiero y logístico a grupos armados.
Desde el inicio de su segundo periodo de mandato (2006), J. Kabila sostuvo la importancia de formular una nueva visión de la PE, orientada a una diplomacia “abierta hacia el mundo”. Esto implicó defender principios como: la resolución pacífica de las controversias, la cooperación mutuamente beneficiosa y el respeto por la independencia política de los Estados y la soberanía nacional.
La injerencia de Ruanda y Uganda en el conflicto, obstaculizó la erradicación de la violencia en la región oriental de la RDC y como consecuencia, influyó en la formulación de PE de la RDC. No obstante, desde inicios del liderazgo de J. Kabila se promovió el dialogo y se logró la firma de diversos acuerdos orientados a la mejora de la seguridad en la región oriental. Sin embargo, la fallida implementación de los acuerdos no implicó un rompimiento estricto en las relaciones con estos países, sino que estas oscilaron durante el periodo comprendido entre 2001 al 2011. Por este motivo, el presente proyecto busca responder a la pregunta de cómo la injerencia de Ruanda y Uganda en el conflicto fronterizo de la región oriental de la RDC influyó en la PE de este país, durante el periodo comprendido entre 2001 al 2011.