dc.description.abstract | Objetivo: comparar injertos de tejido blando autólogos y alógenos para el tratamiento de defectos clase I de Seibert. Métodos: se seleccionaron 18 sitios quirúrgicos, de 14 pacientes, y se asignaron aleatoriamente. Fueron asignados ocho sitios quirúrgicos para recibir injerto autólogo de tejido conectivo, y nueve para recibir injerto alógeno de fascia muscular. Se tomaron cuatro modelos diagnósticos para las mediciones, uno al inicio, y luego al primero, al segundo y al cuarto mes después de la cirugía. Adicionalmente, se realizaron seis biopsias del grupo de fascia. Resultados: el grupo control presentó una profundidad inicial promedio de 2,29 ± 0,55 mm, y el experimental, 3,50 ± 0,85 mm. La ganancia en espesor al primero, al segundo y al cuarto mes fue de 71,2, 46,52 y 28,5% en la fascia, y de 56,53, 38,31 y 38,1% en el tejido conectivo, respectivamente. La fascia se reabsorbió 28,8, 53,48 y 71,5%, al primero, al segundo y al cuarto mes, y el tejido conectivo se reabsorbió 43,47, 61,69 y 61,69%, respectivamente. No hubo diferencias significativas entre los dos grupos (p>0,05). El análisis histológico mostró presencia de tejido colágeno denso, poco celular, entremezclado con el tejido conectivo del huésped. La fascia tuvo una mayor tendencia a la reabsorción que el tejido conectivo, y la ganancia al cuarto mes en ambos fue similar. Sin embargo, el tejido conectivo fue más estable en el tiempo. La fascia mostró menor morbilidad, e histológicamente se observó presencia de este injerto después de 20 semanas. Conclusiones: la fascia humana constituye una alternativa de tratamiento para corregir defectos de reborde en el sector anterior. | spa |