Encapucharnos. Reapropiarnos de cuerpos y transgredir simbolismos utilizando como arma discursiva el veneno que se encuentra entre nuestras piernas, estrategias que nos permitan descontextualizar y descontextualizarnos. El fenómeno trans lo llevamos agarrado de nuestra mano por una simple razón: tragamos sistemas políticos corporales todo el tiempo como si fuera nuestra dosis de estrógeno y testosterona. Desinstalar y reinstalar elementos y cuerpos socialmente impuestos es la base para entender lo trans desde una perspectiva ajena a lo corporal. Lo trans nos penetra y penetra.