Los desarrollos en infraestructura en Bogotá de las últimas décadas han sido centrados en el modelo de transporte urbano, buses articulados en vías exclusivas (Transmilenio). Sistema que por su diseño requiere de gran disponibilidad de espacio. El proyecto se desarrolló en vías que no tenían tal reserva, por lo que el trazo del sistema causó una ruptura en las estructuras locales generando espacios residuales por la alteración de lo construido que no fueron contemplados en el desarrollo urbanístico de la obra.