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dc.rights.licenseLicencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Derivadas (CC BY-NC-ND 4.0)ºes
dc.contributor.advisorDe María Calvelo, María Nataliaes
dc.contributor.authorDaners Morillo, Martín Julio
dc.date.accessioned2021-07-20T17:29:41Z
dc.date.accessioned2022-09-21T22:21:12Z
dc.date.available2021-07-20T17:29:41Z
dc.date.available2022-09-21T22:21:12Z
dc.date.issued2019-12
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/20.500.12032/46800
dc.description.abstractInspirado en las antiguas rutas del comercio que hace 2000 años conectaban a China con Asia y Europa, el presidente chino, Xi Jinping, anunció en 2013 el lanzamiento de La Nueva Ruta de la Seda (en adelante NRS), que, en términos generales, puede ser definida como un proyecto de inversión en infraestructura cuyo objetivo es “promover la conectividad entre el continente asiático, europeo y africano”. La importancia de la iniciativa radica en su dimensión, en su búsqueda por solucionar la falta de infraestructura del continente asiático y en el impacto que esto podría generar en el comercio. Según datos del Banco mundial, el volumen de las exportaciones globales aumentaría un 1.7% gracias a la nueva infraestructura, lo que podría contribuir a sacar a 7,6 millones de personas de la pobreza extrema y 32 millones de personas de la pobreza moderada. Lo cierto es que, bajo el marco de la iniciativa, las inversiones chinas aumentaron de forma significativa, en especial dentro de los sectores de energía y transporte. Myanmar, uno de los países más pobres de la región debido a décadas de sanciones económicas y gobiernos totalitarios, fue uno de los tantos que vio aumentar el ingreso de inversión extranjera directa (en adelante IED) proveniente de China. Esto se debe a que Myanmar, vecino de China, ocupa un rol fundamental en la NRS debido a su ubicación y su abundancia de petróleo y gas natural. Dada la ambición de la iniciativa y el impulsor de la misma, varios países y autores de occidente la criticaron duramente entendiendo que el objetivo oculto de China era ganar influencia en la región asiática y el comercio global. Por otro lado, varios autores entienden que la NRS es fundamental para resolver el apremiante problema de falta de infraestructura en Asia, inconveniente que no deja de agravarse por el período de crecimiento económico que atraviesa la región. Este trabajo le brindará al lector una mejor comprensión del ambicioso proyecto, de los principales objetivos de China y de las implicancias que tiene y podría tener, con especial énfasis en Myanmar. A su vez, se describirán los numerosos desafíos que la iniciativa deberá superar si es que quiere alcanzar los objetivos planteados.es
dc.format.mimetypeapplication/pdf
dc.language.isoeses
dc.publisherUniversidad Católica del Uruguayes
dc.subjectMemoria de grado (Negocios internacionales)es
dc.subjectChinaes
dc.subjectMyanmares
dc.subjectProyectos de inversiónes
dc.subjectComercio internacionales
dc.titleLa nueva ruta de la seda y sus implicancias en Myanmares
dc.typeTrabajo final de gradoes


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