| dc.description.abstract | inluye persistentemente. Su voz alude a las cosas cotidianas: la calle, la
plaza, la habitación; a los fogoneros, los maquinistas, al novio que espera;
a la camisa vieja, a la enardecida naranja, a la pala del entierro. Su poesía
es cuestión de palabras y vida, palabras que remiten a una realidad fáctica,
pero que la trascienden. En ese sentido, hay un deseo de uniicación entre
el mundo exterior, la cotidianeidad y el poeta. Trascender los límites corporales
para lograr una entrega con el mundo, “como un muchacho que
ofrece una manzana”.3
Su obra maniiesta un amor del mundo, ese amor
que lo hace sufrir o que lo exalta, ese amor que lo hace proferir su enojo
y disfrutar la plenitud de la vida. La obra de Juan Bañuelos, en última
instancia, habla de un amor hacia la vida, hacia el mundo. En varios poemas,
aborda particularmente el tema amoroso de la pareja. Esta vertiente
es consecuente con ese amor del mundo pues, a in de cuentas, el amor de
pareja es también un deseo de comunión con nuestra naturaleza. El presente
escrito atiende ese vasto universo: el tema del amor y sus vínculos con
el erotismo en la obra del poeta chiapaneco. En particular, abordaremos
algunos de los poemas incluidos en las series “Voy a poner tu nombre a
un día del año” y “Moralidades y epitalamios”, de Espejo Humeante. | |
